El Parlamento francés aprobó este lunes definitivamente el proyecto de ley presentado por el Gobierno de Emmanuel Macron después de introducir una serie de modificaciones y varios días de debate en la Asamblea Nacional y el Senado a pesar de las protestas registradas durante el fin de semana en varios puntos del país.
A falta de la revisión final del Tribunal Constitucional, el Ejecutivo se asegura una importante victoria en su lucha por lograr el máximo número de población vacunada posible.
Con 156 votos a favor, 60 en contra y 14 abstenciones, la medida ha salido adelante, tal y como ha informado el diario ‘Le Figaro’.
Las negociaciones no fueron fáciles. El partido de Emmanuel Macron –La República en Marcha– tiene mayoría en la Asamblea Nacional, donde consiguieron aprobar el texto casi original planteado por el Gobierno, sin embargo, en el Senado dominan el grupo conservador de Los Republicanos. Esta formación política estaba a favor de un pase sanitario, pero sin tantas restricciones a los no vacunados.
El primer ministro Jean Castex ha remitido el proyecto de ley al Consejo Constitucional para su validación final con el fin de protegerlo contra las críticas que aseguran que viola libertades individuales. Es probable que el Consejo emita su decisión el 5 de agosto antes de que se aplique como ley.
No vacunados, vetados en bares y restaurantes
Después de las negociaciones, finalmente se acordó que el pase sanitario será obligatorio para todas las personas que deseen ir a bares, restaurantes y terrazas. Este último punto fue modificado por los senadores, pero finalmente reintroducido en la comisión mixta. Además, uno de los puntos más importantes es la prohibición de realizar viajes de larga distancia en transportes masivos (autobuses, trenes y aviones) a los que no estén vacunados.
El pase también es extensible a todas las personas que acrediten haber superado la enfermedad en los últimos seis meses y a quienes hayan decidido hacerse una prueba de diagnóstico antes de acceder a estos recintos.
Fechas límite para diferentes grupos de población
Otro de los puntos de controversia entre los diputados y los senadores era la vigencia que debería tener el pase sanitario. Los primeros aprobaron que al menos tendría que ser efectivo hasta el 31 de diciembre, en sintonía con lo promulgado por el Gobierno, pero los segundos aseguraron que hasta el 31 de octubre. Finalmente, la fecha será el 15 de noviembre y tras ella se tendrá que votar en el Parlamento una nueva prórroga.
Respecto a las fechas, también se aclaró hasta qué día los menores de 18 años no tendrán que usarlo. Esta franja de población no deberá llevarlo hasta el 30 de septiembre debido a que se están vacunando de una forma más tardía. Además, los mayores de 16 tendrán libertad para elegir si quieren vacunarse y los menores de esa edad solamente necesitarán la autorización de uno de los progenitores.
Otro de los puntos polémicos fue el de la obligación al sector sanitario para vacunarse. Se estima que alrededor del 80% de los sanitarios ya lo han hecho, sin embargo, las autoridades consideran que ese 20% restante es peligroso. Entre las posibles medidas sancionatorias contra estos trabajadores que no quieran inmunizarse se planteó el despido inmediato, pero solamente se impondrá una sanción de empleo y sueldo temporal en los casos más graves.
Las fechas definidas son las del 15 de septiembre para la primera dosis y la del 15 de octubre para la segunda. Al igual que los sanitarios, otras profesiones que trabajan de cara al público deberán inmunizarse. Si no lo hacen podrían enfrentarse a multas de hasta 3.750 euros e incluso delitos penales de seis meses de prisión.
El certificado sanitario ya se nota en los datos de vacunación
El principal motivo de la propuesta de este pase era reactivar los datos sobre vacunación de las últimas semanas. La tendencia observaba un claro estancamiento antes de que se llegara al 60% de la población vacunada, algo que podría ser peligroso de cara a la seguridad sanitaria y las nuevas variantes del virus.
Desde que el certificado fue anunciado, más de cuatro millones de franceses han decidido inmunizarse. Un claro acelerón en las dos últimas semanas que ya ha permitido superar los 40 millones de dosis, algo que fue celebrado por Emmanuel Macron en Twitter. «Todos juntos venceremos al virus. ¡Seguimos!», escribió el dirigente en su cuenta.
En plena escalada en los contagios, el objetivo de las autoridades es que 50 millones de franceses estén vacunados a finales de agosto. Esta cifra sería todo un éxito debido al gran escepticismo mostrado por un sector de la población hacia las vacunas. El país tiene uno de los movimientos antivacunas más potentes de Europa y este fin de semana más de 160.000 personas salieron a protestar contras las medidas sanitarias.